Bienvenidos al futuro. El sistema de clases alcanzó su cenit y comienza la mutación hacia algo nuevo. Algo que se puede sentir diferente pero que es sospechosamente similar al sistema de clases previo al capitalismo, cuando los reyes y sus cortes tenían el control total de los territorios y las comunidades en las que habitaban. Donde la iglesia -ahora son las corporaciones transnacionales y los sistemas financieros internacionales- mostraban su poder con base a placebos y castigos.
Bienvenidos al futuro que no se parece en nada al que George Orwell o Aldus Huxley o cualquier escritor de ciencia ficción del siglo pasado había previsto. Es mucho peor. No pensaron que el modelo de producción-consumo podría poner en jaque a toda la civilización por completo. Ahora los más pesimistas hablan de la extinción de la especie humana. Los menos creen que la geopolítica cambiara tanto que solo se puede pensar en un mundo neofeudal como la alternativa mas optimista. Al menos sobreviviremos se escucha y se lee entre algunos colapsistas. El futuro ya nos alcanzo y es mucho peor de lo pronosticado.
Bienvenidos al futuro, donde el ecofascismo se pinta de amigable, donde su economía sustentable, sus ideas de capitalismo verde, disfrazado de cualquier cosa para pasar como la mejor alternativa ha sido todo un éxito. Sus muros ideológicos, sus barreras sociales han contribuido a fortalecer la crisis socioambiental actual sin modificar absolutamente nada, al contrario es parte de los cimientos en que se basa el nuevo sistema de clases. Racismo ambiental, ecofascismo, zonas de sacrificio.
El colapso inició hace décadas -aunque ahora los investigadores le dediquen páginas enteras de papers que nadie va a leer- solo que no queríamos verlo, estábamos muy ocupados disfrutando los beneficios que nos daba tener “una mejor calidad de vida”. Cuando el clima se modificó tanto que ya no tuvo remedio fue cuando salimos a las calles en masa a pedir por la naturaleza, así en abstracto sin ir a la causa-raíz. Los pocos que lo hicieron fueron tachados de fatalistas. Se señaló al sistema de clases como el culpable, al modelo de producción-consumo como la verdadera causa de todo el deterioro ecológico que trajo consigo este colapso ecocivilizatorio. La justicia climática quedo en manos de quienes son responsables de lo que vivimos actualmente.
Llego Greta Thunberg con los Fridays for Future, llegaron los Extintion/Rebellion y algunas personas vieron un poco de esperanza. Se comenzó a hablar de justicia climática en los medios de comunicación. El colapso empezaba a tomar fuerza como teoría. Nadie de ellos habló de la alternativa que nos ofrecía el sistema de clases. El ecofascismo, el capitalismo verde, la economía ahora llamada circular eran/son las soluciones que ofrecen en donde el neoliberalismo falló. Pero el sistema aún tiene mucho que decir, el capitalismo se niega a morir, al contrario se fortalece redireccionando sus fuerzas. Lo hace sin problemas, inventando pactos verdes, modificando sus formas de extractivismo, de despojo que no paran, al contrario se acelera más y más.
Lo siguen maquillando, el sistema usa a sus cómplices que se mueven entre ONGs, investigadores, académicos, activistas que hablan de soluciones desde los llamados pactos verdes, desde una transición justa, ecológica, mientras que en el Sur Global -incluido ese Sur que sobrevive en las periferias del Norte- aumentan las regiones de sacrificio, que no son más que esas regiones de servidumbre, donde sobreviven comunidades contaminadas, muriendo poco a poco, sin ninguna esperanza. Mientras que en las ciudades, el capitalismo de plataforma se va posicionando cada vez mas para hacernos creer la mentira de que somos felices, incluso cuando somos infelices, pues podemos compartirlo por las falsas redes sociales. ¿Qué importan las regiones de sacrificio, la falta de justicia, la violencia, si con un solo click y los números de nuestra tarjeta de crédito podemos lograr que nos lleven el agua embotellada hasta la puerta de nuestras casas? Eso sí, siempre desde un consume local, consume responsable como falso discurso.
La crisis climática es la consecuencia lógica de este modelo. El síntoma de todo lo que esta mal y mientras que el diagnostico viene desde el propio sistema, es también lógico que no se busque una solución, solo buscan mantenerse a flote en lo que adaptan sus formas de extractivismo, sus mecanismos de apropiación de los territorios bioculturales y de la naturaleza. Este colapso les ha servido para lo que buscan: fortalecer el nuevo sistema de clases neofeudal y mucho más criminal que el actual.
No entrare en detalle -al menos no ahora- de como las soluciones que presenta el capitalismo verde no han hecho más que aumentar las injusticias, violentar aun mas a la naturaleza, a los Derechos Humanos. Quiero mencionar que existe poca literatura anarquista al respecto. La mayoría de las posturas o posiciones anarquistas/libertarias en defensa de la naturaleza, tienen muy poco fundamento, romantizan una época que nunca existió, unas ideas de autogobierno que no responden a la realidad histórica, parecen partir de una idea muy optimista basada en teorías del siglo diecinueve que dicen que una vez que nos libremos del yugo del capitalismo todo se alineara orgánicamente; el mundo tomara su cauce natural y los daños a la naturaleza desaparecerán junto con los vicios de esta civilización. Por otra parte, algunos ideólogos hablan de un regreso al primitivismo como la única opción, romantizando un pasado que solo existe en su imaginación.
Para lograr avanzar a un modelo de producción-consumo más justo, afín a nuestras necesidades, de respeto a la naturaleza, no podemos partir de la idea de que todo mejorara una vez que desaparezca el capitalismo o el sistema de clases. Es absurdo pensar que cuando pase todo se va a componer mágicamente. Tampoco se puede partir de la idea romántica de los insurrecionalistas, primitivistas que mal entienden las ideas de la antropología radical que tienen en algunos teóricos como Zerzan a su mejor intelectual.
La crisis climática es una causa-consecuencia de este modelo/sistema el cual con todas sus acciones han terminado por afectar a la naturaleza en todos los niveles, desde los ecosistemas más complejos hasta los pequeños nichos ecológicos. Desde el anarquismo tenemos que ir preparándonos para lo que se viene y para los acciones que el sistema esta trabajando en su beneficio. Desde el capitalismo de plataforma, desde las zonas de sacrificio, tenemos que ir armando las alternativas con un enfoque profundamente ecosistémico.
En este colapso que esta mutando hacia un neo-feudalismo, es importante tener apuntes básicos sobre cuales son sus herramientas de acción, como son los pactos verdes, los modelos de mercado. Apuntes que nos ayuden a una reflexión sobre la necesidad de buscar estas alternativas. Es importante hacerlo desde el anarquismo como una ideología que nos permita alcanzar la justica.
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Me gustó mucho lo que planteas porque soy de las ingenuas que piensan que acabando con la propiedad privada la sociedad se va a encaminar hacia algo más justo, pero creo que me equivoqué.
Me gustaría saber cuáles serían la propuestas para redirigir la camino hacia el rescate del medio ambiente.
Me gustaría saber si se va a publicar el mismo tema pero más desarrollado.
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Gracias por tu comentario, el autor va a estar mandando sus participaciones sobre el tema, quédate al pendiente de nuestras redes para futuras actualizaciones
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Hola Martina. Ojala fuera tan fácil como destruir al capitalismo y todo se arregla. Es mucho más complejo que eso. Además de que no hay formular mágicas. Esta es una serie de diez textos sobre la justicia climática desde una visión anarquista o como mínimo anticapitalista, antiautoritaria. En el penúltimo texto voy hablar de las propuestas pero desde una critica. Se llama: «la dictadura de las alternativas». Gracias por leer. Salud, anarquía y tacos de suadero vegano.
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