Pasadas las elecciones del 2018, las cosas han empezado a acomodarse políticamente. A lo largo del 2019, propios y extraños, perciben una especie de alianza estratégica entre el Gobernador del Estado Carlos Mendoza Davis, el presidente municipal Rubén Muñoz Álvarez y Humberto Carrillo Ruvalcaba delegado federal del Centro INAH en Baja California Sur, en torno a las obras de modernización del malecón costero a lo largo de la zona antigua de la ciudad de La Paz y la modernización del centro histórico que por lo pronto llega hasta el jardín Velasco pero que va camino a los privatizados estadios Guaycura y Arturo C. Nahl y la arena deportiva.
No está claro si esto es una alianza estratégica o un simple alianza pragmática de reacomodo político, lo que sí está claro es que el Mandón, es decir el Dinero y el Capital, tienen como proyecto estratégico modernizar la parte antigua de la ciudad de La Paz en favor de un desarrollo capitalista basado en el sector turístico e inmobiliario que ya cumple su primera fase en tres tiempos muy cercanos entre sí:
- La gentrificación del sitio, que no es otra cosa más que la expulsión de los residentes paceños de la zona antigua de la ciudad incluyendo los tres barrios históricos de la ciudad, el Centro, el Manglito y el Esterito; utilizando los mecanismos de mercado habituales con la consecuente especulación de los predios desocupados o abandonados tanto en la zona antigua de la ciudad como en la zona costera.
- La infraestructura turística e inmobiliaria inicial que empezó durante los gobiernos de Leonel Cota Montaño y de Narciso Agúndez Montaño cuanto se construyó paraíso del Mar en el Mogote, Costa Baja adelante de El Caimancito, se modernizó el Malecón y se privatizó el predio de la antigua Casa de Gobierno en favor de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), y,
- El ajuste modernizador del Malecón, el parquecito Cuauhtémoc, la explanada del Kiosco del malecón, el callejón Ignacio Bañuelos, el Museo de Arte, y ahora la macromanzana del jardín Velasco; a esto hay que agregar la privatización del predio de la antigua escuela 18 de marzo y la negativa de reconstruir el histórico jardín interior y corredor en la reconstrucción de la antigua casa de gobierno; y por otra parte la ocupación masiva de la superficie marina frente a la zona antigua de la ciudad que se puede ver con la presencia cada vez mayor de embarcaciones del turismo de altos ingresos nacional como extranjero en la marina de vista Coral en la ensenada de La Paz y no se diga en la de Costa Baja.
Para desarrollar con éxito, sin oposición masiva y sin problemas sociales mayores, este proceso de modernización en favor del sector turístico e inmobiliario ha utilizado como escudo las necesidad sociales fundamentales de muchos paceños y paceños que requieren un lugar seguro para caminar, jugar, patinar y bicicletear; por lo tanto, lo que hace el gobierno es apoyarse en estos sectores como su base social para justificar la modernización, lo cual dificulta cualquier otro diseño alternativo conservacionista, por más funcional que sea, y por mas fundamentación histórica que tengan.
Aquí, quien lleva la batuta es Carlos Mendoza Davis que aunque fue priísta durante mucho tiempo, ahora es gobernante panista; mientras que el alcalde Rubén Muñoz Álvarez del gobierno municipal que también fue priísta y el delegado del INAH Humberto Carrillo Ruvalcaba del gobierno federal, ambos de gobiernos de filiación morenistas, en la práctica solo han servido de comparsa del Gobernador en el caso de la
modernización de la zona antigua de la ciudad de La Paz, esto es así, porque el controvertido proyecto de la macromanzana del jardín Velasco es un proyecto propuesto y aprobado ilegalmente por el Comité de Imagen Urbana desde el gobierno municipal panista en 2017, así lo han reconocido los Directores General de Planeación Urbana y Ecología, y de obras Públicas y Asentamientos Humanos Municipales; en otras palabras, el Ayuntamiento de La Paz que es el responsable constitucional de administrar la Ciudad y la Dirección del centro INAH del gobierno federal responsable de proteger el patrimonio histórico cultural, reciben órdenes no del Cabildo paceño ni del gobierno federal, sino del gobierno panista de Carlos Mendoza Davis. En otras palabras, en el fondo no es una alianza estratégica, sino una alianza inmoral.
El tiempo se agota… Ahora lo más importante es buscar la manera de que esta agresiva modernización capitalista del Malecón, de la zona más antigua de la ciudad de La Paz (Centro, Esterito y Manglito), de la barra arenosa de El Mogote, y de la superficie marina de la ensenada de La Paz frente a la ciudad, no termine para siempre con la memoria histórica-cultural ni con la identidad de los paceños y paceñas. ¿Cómo?… Todavía no lo sé, pues la verdad es que la realidad ha venido rebasando y aplastando todos los estudios histórico-culturales y urbano-arquitectónicos de la zona antigua de la ciudad de La Paz que hemos hecho junto a muchos(as) jóvenes a lo largo de casi dos décadas.
Gilberto Piñeda Bañuelos
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