Hacia una relatoría de Grito: Feria del libro independiente y autopublicación – Fi Peralta

Fi Peralta – Casa Alfaque

El poder de la palabra colmó los intersticios del ser, la nada y el vacío, y empezó a producir aquello que enunciara: puentes, cañadas, muros, barricadas y ferias del libro. Este texto constata lo que quisimos hacer. Contiene las huellas lingüísticas de nuestros procederes grupales. Es decir, es un mapa a través del cual pueden rastrearse hablas específicas. En las sílabas que nos nombran, apareció un lugar común, un campo semántico compartido: Grito.

Grito “brotó de los mares” y germinó en el desierto, sobre una isla imposible: Casa Alfaque. Fue un encuentro para ejercitar la capacidad utópica. Provocamos vacilaciones. Nos organizamos en grupos que reflejaron dinámicas complejas y no lineales. Planteamos la arritmia y lo heterogéneo como método. Nos negamos a sucumbir al espíritu administrativo.

Durante dos días fuimos autónomos. La apuesta fue clara: una conspiración política.  Partimos de la cooperación, tomando en cuenta la existencia de la diferencia. Nos reunimos participantes de La Paz, Ciudad de México, Monterrey, Tijuana y Guadalajara. Coordinamos diecisiete colaboraciones en torno a prácticas editoriales, estéticas, de escritura y de lectura desde una perspectiva anticapitalista.

Grito puso de relieve los efectos de relacionarnos de manera coordinada y sólida. Fijó la mirada en un proceso profundo de articulación y en nuestra capacidad para sostener plataformas de discursividades insurrectas. Entendió la editorialización como una estrategia de amplificación de discursos que, ante un sistema globalizante empeñado en hegemonizar las voces, grita.

Afilamos la lengua, dejamos que las palabras nos atravesaran las entrañas y tomaran de ellas la fuerza para decir lo decible. Fue un espacio para irrumpir como el rayo, para cegarnos: un lugar para la opacidad, para alejarnos de la claridad positivista, para habitar la contradicción. Fue un desorden ordenado. El encanto de otro pensamiento que nos muestra los límites del nuestro. Este primer grito fue el de las presencias y las ausencias. Lo posible está de nuestra parte. Inventemos, pues, lo común.

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