DIARIO No. 10 Soñé con una interpretación de COMUNISMO ÁCIDO Y MATERIALISMO GÓTICO – Germán R. García Olivas

Una teoría que busca transgredir lo vivo/muerto de nuestra condición.

Después, en los lapsos del tiempo — los lapsos del tintineo de la mecánica
en mi reloj, la automatización del engranaje —: la justa armonía.
Después, cuando nos hayamos preguntado: “¿cómo está la existencia?”
— el modo de llamarnos humanos —.
Cuando pensemos.
Cuando mirémonos los ojos y ajustemos en nuestra piel amarga la sensación
del silencio tenebroso: aquel que persigue al fantasma — la sombra de la
consciencia ya muerta —.
El tiempo que merecen las cosas importantes — unas escindidas del valor de
cambio en general, de las dicotomías que ocasionan a las revoluciones —
vendrá solo después.
Justo detrás de la contemplación sin escala antrópica. Aceleración constante.
Falto de lubricante, el motor corroe y se desploma — queremos seguir
andando —.
Después, cuando hayamos reformulado las leyes de nuestra existencia
podremos ver el camino avanzar.
Cuando hayamos pasado largas extensiones de vida discurriendo sobre
nuestro nombre.
Cuando hayamos cambiado la pizarra varias veces, hasta la última voz.
Después.
Ahí encontraremos nuestro objeto perdido, aquel que tanto malentendido ha
causado.
Mientras tanto, estiremonos el cuerpo desplegado en el entramado
— nido de ratas —.
Acostemonos sobre la suciedad ya hecha costra: el algodón donde yacen los
sueños.

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